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De la memoria individual
a la memoria colectiva: el caso de Canuteros
de plomo (Porrúa, México, 2003) de Juan Manuel Negrete*.
Alfredo
Barragán Cabral
Universidad
de Guadalajara
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Canuteros de plomo se publicó en el año 2003 y recibió el premio Jalisco 2004 en el rubro
de las letras como novela histórica. La aparición de la novela coincide con la
publicación de numerosos trabajos académicos y de otros géneros que abordan
temas similares, es decir, el conflicto entre familias y la participación de
grupos de jóvenes en la lucha por el poder dentro y fuera de la Universidad de
Guadalajara. Asimismo, en un contexto más amplio el tema aquí tratado se
encuentra directamente relacionado con los movimientos armados de los años
setentas en la ciudad de Guadalajara y en el resto de las regiones del país. En
efecto, estos hechos han sido tratados por protagonistas de la época a través
de cuentos, novelas, ensayos, así como también recopilaciones periodísticas
(ver bibliografía). En el Departamento de Historia de la misma Universidad
existe también un marcado interés por llevar a cabo actualmente trabajos de
tesis cuyos temas versan desde el tratamiento de la Liga 23 de septiembre, el
FRAP, los Vikingos, el conflicto FEG-FER y el barrio de San Andrés. Algunos
estudiantes se encuentran todavía en periodo de investigación, pero un par de
ellos ya han presentado sus trabajos de investigación.
La novela Canuteros de Plomo merece sin duda un reconocimiento por abordar un
tema de la historia reciente de Guadalajara aún por explorar. Una de sus
principales características consiste, además, en que su autor es testigo-actor
de una gran parte de los acontecimientos que en ella se narran. Es interesante
observar cómo este testigo-actor poco a poco y de manera inconsciente se
vincula con un grupo más amplio. Su adhesión a éste lo lleva a enfrentarse a su
origen y descubre paulatinamente que dentro del mismo existen niveles y marcas
entretejidas entre sí. La pertenencia a un grupo lo lleva por lo tanto a
descubrir la diversidad y heterogeneidad de otros grupos con los que convive en
su mismo espacio, precisamente con los que está en constante confrontación y
entre los que destaca la violencia como único mediador de sus diferencias. Es
por ello que en este texto destaca la importancia de la recuperación de la
memoria individual y colectiva, es decir, se corrobora cómo la memoria social,
la memoria colectiva y la memoria individual se van intercalando y
sobreponiendo entre sí.
Canuteros de plomo se divide en diez capítulos y cada capítulo se encuentra conformado por
varios apartados. La novela cuenta con un narrador omnisciente, el tiempo de la
narración abarca de 1949 a 1974 y el espacio comprende el pueblo El Grullo,
Guadalajara, San Luis Potosí y Guerrero. Al final de cada capítulo se hace una
presentación de los acontecimientos sociales y políticos más destacados a nivel
nacional, por ejemplo, la huelga
realizada en el Instituto Politécnico Nacional el año de 1967, la
ejecución de Rubén Jaramillo por parte del ejércido el 23 de mayo de 1962, la
represión que sufrió Genero Vázquez en 1966 y 1967, sus aspectos biográficos y
su asesinato. En los últimos tres capítulos se hace referencia al movimiento
guerrillero de Lucio Cabañas, a su levantamiento el 8 septiembre de 1974, a una
entrevista que tuvo con la Liga Comunista 23 de Septiembre y finalmente los
acontecimientos que rodearon su muerte.
El periodo comprendido en la novela
abarca el tiempo en el que Guadalajara se convirtió en el lugar del surgimiento
de la guerrilla urbana y al mismo tiempo en un espacio central en el que se
ejerció la violencia política a través de asesinatos, desapariciones,
secuestros, asaltos bancarios, bombas en negocios, etc. En la novela destacan
dos familias con una larga tradición en la pugna por el poder de la Universidad
de Guadalajara, es decir, la familia Zuno por un lado, y la familia Ramírez
Ladewig por el otro. Al mismo tiempo destaca el grupo de los Vikingos, una
comunidad de jóvenes que vivían en el barrio de San Andrés y que luchaban por tener
sus propios espacios de participación política, entre los que sobresalieron
Arnulfo Prado Rosas, alias El Compa, Raúl López Meléndrez, alias El Petros,
Alfredo Delgado, alias El Pocho, Andrés Sánchez, alias el Andy, Sergio El
Monaguillo, etc.
El contexto histórico de la novela
puede dividirse en tres fases: cuando a los Vikingos, todavía reducidos a una
pandilla temida en la ciudad se les unen personajes con una perspectiva
ideológica y política que marcan otro rumbo a este grupo; la segunda fase comprende
cuando los Zuno los invitan a participar con ellos y fundan la Federación de
Estudiantes Revolucionarios (FER), y por último, el periodo de desintegración
de la FER y su transformación en la Liga Comunista 23 de Septiembre y en otras
organizaciones subversivas.
La novela Canuteros de plomo inicia con el nacimiento de Andrés en el pueblo
de El Grullo, uno de los personajes centrales de la narración. La
circunstancias por las que atraviesa su familia obliga a Andrés a emigrar con
familiares de San Luis Potosí, en donde puede continuar con sus estudios de
secundaria y de preparatoria, para después decidir estudiar filosofía, lo que
lo lleva a instalarse, en esta ocasión junto a su madre Luz María y su hermana
Enriqueta, en Guadalajara. En esta ciudad se establecen en el barrio de San
Andrés, lugar en el que pronto se pone en contacto con los Vikingos y en el que
conoce a Consuelo, Teresa y Lulú, mujeres con las que establece relaciones
sentimentales.
Otro de los personajes centrales de
la novela es Ulises Martínez Ortiz. Su familia decide poner tierra de por medio
a los conflictos políticos a los que se enfrentaban constantemente en Distrito
Federal y se traslada a Guadalajara, en donde Ulises decide estudiar Historia y
su hermano Humberto Derecho. Ulises había sido un sobreviviente de la masacre
del 2 de octubre, motivo por el que pronto y fácilmente se integra a las
juventudes comunistas de la ciudad y en particular de la célula comunista “Ho Chi Minh”. También muy pronto conoce a una tapatía –Vicky- de la que termina
enamorado.
La Facultad de Filosofía y Letras de
la Universidad de Guadalajara se convierte en el espacio en el que coinciden
Andrés y Ulises y en el que pronto entablan relaciones y comparten sus
experiencias políticas con el objetivo de intentar incidir en el proceso
político de la Universidad. Asimismo, los dos personajes también forman parte
de la banda de los Vikingos, descrita por el narrador como sigue: “Todos los
que vivimos en San Andrés somos canela, somos brothers” (NEGRETE 2003: 68). Añade
también que su fama de valientes se ha extendido en toda la ciudad, que su
dominio en el oriente es incuestionable y que por ello los de la FEG les tienen
miedo.
En este contexto, los dos personajes
entienden rápidamente la situación política que se vive en la Universidad y en
la ciudad. Su decisión de participar políticamente en la Facultad de Filosofía
y el contacto con los Vikingos les permite identificar pronto a los enemigos
que van a enfrentar. De la FEG saben “...que obedece a intereses extrauniversitarios.
Es un bastión estatal incrustado en nuestra comunidad. Es una camarilla
policiaca con disfraz estudiantil” (NEGRETE 2003: 68). Los dos personajes
señalan que la FEG manipula a los estudiantes, que no es solidaria con los
movimientos estudiantiles nacionales, que se opone a las luchas de otros
estudiantes y está a favor de la represión. Además, coinciden en que “La FEG ha
crecido en sus nexos con el gobierno, pero también con otras fuerzas que no
resultan visibles, tal vez con el contrabando y el tráfico de drogas. De unos
años a la fecha su ferocidad se ha recrudecido... Junto a ellos, en contra de
ellos o sin ellos, hay que caminar con mucho tiento” (NEGRETE 2003:69). Los dos
personajes reconocen que la FEG se ha vuelto odiosa, pero que tiene mucho
poder, por ello ya no es necesario cultivar el odio a la FEG, sino aprovecharse
de ese odio para ponerle fin.
En cuanto a la Universidad, Ulises y
Andrés saben, por lo que dicen sus
allegados, que vive una crisis académica, que sólo es botín y fuente de empleo
de la familia que la controla. Además, que ya no cumple con la misión que se le
ha encomendado, es decir, darle educación a los jóvenes de posición social
baja.
Para los Vinkingos y para nuestros
dos personajes el principal enemigo es Carlos Ramírez Ladewig, a quien
atribuyen su poder por haber tomado el control de la Universidad apoyándose en
la FEG y en el poder de su padre, el ex-gobernador de Jalisco, Margarito
Ramírez. Ellos saben que “alrededor del
Orate hay muchos desalmados. La mafia lo ha hecho fuerte. Son todos unos
malandrines”(NEGRETE 2003: 287). Entre esos malandrines se destaca a: Genaro
Cornejo, Pepe Zuno, Adalberto Gómez Rodríguez, Hermenegildo Romo García,
Enrique Zambrano Villa, Enrique Alfaro Anguiano, Nacho Mora Luna, Fernando
Medina Luna, entre otros. En este contexto consideran al Partido Revolucionario
Institucional (PRI) como una mera faramalla, una agencia de colocaciones, un
partido de estado, y en cuanto al gobierno sostienen que “...es mudo, sordo y
ciego. No se fija a quien reprime, ni le duele desaparecer a nadie. No escucha
ruegos de viudas o huérfanos. Es la crueldad pura. Es insolente. Calla, cual
estatua de piedra, ante cualquier reclamo. Jamás se justifica, jamás se
conduce, jamás pide perdón. Tenemos en él a nuestro peor verdugo, como si fuera
el enemigo malo”( NEGRETE 2003: 35).
Al tomar como base estas
valoraciones, Andrés, Ulises y los Vikingos consideran como única posibilidad
de participación en la Universidad el enfrentar y derrotar a Carlos Ramírez y a
la FEG, para después intentar cambiar la vida política estudiantil y el
ambiente académico en la Universidad de Guadalajara. El inicio de su proyecto
contempla coordinar las diferentes fuerzas que se habían aglutinado alrededor
de las células comunistas “Ho Chi Minh”, los Vikingos y los estudiantes
universitarios, particularmente de la Facultad de Filosofía y Letras. Una vez
dado este paso este movimiento se consolida cuando se les suma la familia Zuno
y sus Juventudes Juaristas. Ya conformado este frente la tarea que se proponen
llevar a cabo es participar en las elecciones estudiantiles, ya que consideran
que a través de su triunfo en las elecciones pueden conquistar el movimiento
estudiantil y así poner en claro que la FEG ya no responde a los intereses de
los estudiantes de la Universidad de Guadalajara. La Federación de Estudiantes
de Guadalajara, sin embargo, decide no arriesgarse a perder el control del
movimiento estudiantil y no les permite participar en las elecciones. De esta
forma los Vikingos, las células comunistas “Ho Chi Minh” y los Zuno con sus
Juventudes Juaristas deciden fundar el Frente de Estudiantes Revolucionarios
(FER), a pesar de saber que su fundación provocaría un enfrentamiento con la
FEG. Su estrategia consiste en organizar mítines en las diferentes escuelas y
facultades de la Universidad de Guadalajara. Una de sus primeras acciones es
apoderarse de la Casa del Estudiante ubicada en donde antes habían sido las
oficinas de la Federación de Estudiantes Socialistas de Occidente (FESO). La
toma de este lugar es llevado a cabo sin contratiempos, y este espacio es el
que pasa a convertirse en su centro de operación. Cuando el FER se apodera de
este espacio ocasiona que Carlos Ramírez Ladewig y la FEG se pongan alertas.
Los mítines organizados por la FER inician en las facultades de Ingeniería y
Ciencias Químicas y después pasan al Politécnito, en donde finalmente se da un
enfrentamiento armado que tiene como resultado el asesinato del presidente la
FEG. En la novela se señala como consecuencia de este acontecimiento el que
se desencadene una persecución por parte
de la policía contra miembros de la FER. A éstos se les obliga, por lo tanto, a
ocultarse y actuar clandestinamente, lo que lleva a la desintegración de la
organización. En la narración se destaca la detención de integrantes de la FER y
la desaparición de algunos de ellos, como es el caso del personaje Ulises Martínez
Ortiz.
En Canuteros de plomo también se menciona cómo de estas fuerzas
dispersas surgen diversos movimientos clandestinos, pero es a la Liga Comunista
23 de Septiembre a la que se le da especial atención, ya que Andrés Sánchez
Camacho, el otro de los protagonistas de la novela, pasa a formar parte de su
coordinación. Como estrategia de acción de la Liga Comunista se mencionan en la
novela secuestros, asaltos bancarios, entre otros, y al final de ésta se relatan
los intentos que realiza la Liga por atraer al destacado guerrillero rural
Lucio Cabañas a la guerrilla urbana, quien sin embargo no acepta la invitación
a participar y les sugiere desmovilizarse y concentrarse en la concientización
de las masas y esperar un mejor momento para enfrentar al gobierno a través de
un movimiento armado.
La novela Canuteros de Plomo no solamente aborda las tres fases arriba
descritas que concluyen con la formación de la Liga Comunista 23 de Septiembre
y su relación con la lucha que se da para obtener el control de la Universidad
de Guadalajara, sino que también dedica gran parte de su narración al ambiente,
a la cotidianeidad de esos años en la ciudad de Guadalajara. Destaca, por
ejemplo, la descripción de algunos barrios, o la de los lugares en los que se reunían
los jovenes, por ejemplo, el Zarape, el
Nopal, el Uno-Dos-Tres, el Mayra, el Cine Colón, el Farol, el Tekare, Mariscos
Lalo, la Alemana, el Lido, el Cue, el 25, el Cubilete y muchos más. También nos
encontramos con la descripción de muchos edificios típicos de Guadalajara o de
los lugares de paseo para los jóvenes de esa época, como los paseos a la
barranca o a Chapala. Por otro lado,
también destacan las biografías de algunas personalidades de la Universidad de
Guadalajara, en especial de la Facultad de Filosofía y Letras, como por
ejemplo, Francisco Ayón Zéster, José Cornejo Franco, Edmundo Ponce Adame, así
como también de personajes relacionados con la fundación de la universidad,
como Fray Antonio Alcalde, Prisciliano Sánchez, José Guadalupe Zuno, Enrique
Díaz de León, entre otros.
La novela Canutero de Plomo es sin duda una novela histórica. Mi área de
estudio, la Historia, me ha llevado a concentrarme en el aspecto histórico de
la novela. Como documento histórico la novela de Juan Manuel Negrete es un
texto muy interesante, en particular por existir aún muy pocas investigaciones
que se ocupen de este periodo de la historia de Guadalajara y de la Universidad
de Guadalajara, un periodo por demás aún muy polémico. El papel del autor de la
novela como testigo de muchos de los acontecimientos es decisivo para el
tratamiento del texto, ya que éste retoma y revivifica, en un intento por
reconstruir los hechos a partir de su propia experiencia y apreciación de los
hechos, el pasado inmediato que contiene las raíces del presente de la
Universidad de Guadalajara. Considero, por lo tanto, que la novela se
caracteriza por tener un tono muy personal e incluso ser el resultado de un
diálogo del autor consigo mismo. Un aspecto que nos lo revela es el tratamiento
de ciertos personajes o acontecimientos, en ocasiones demasiados perfectos. El
acercamiento a este periodo histórico abre, sin duda, una discusión sobre la
tendencia en la novela histórica, de conferirles a los sucesos una nueva
significación. Muchas veces se escribe explícitamente en contra de la imagen
transmitida y presente en la memoria colectiva, pero en este caso se trata de
rescatar la memoria, es decir, de un intento por rescatar del olvido o tal vez
del descuido en el que se ha tenido un periodo tan interesante de nuestra
ciudad y de nuestra universidad.
* Este texto es una versión modificada de la
presentación del libro Canuteros de Plomo
de Juan Manuel Negrete llevada a cabo el 23 de junio de 2006 en el Instituto
Goethe en el marco del Programa de actividades de la Asociación de
Profesionistas Exbecarios de la República Federal de Alemania (APERFA) ,
titulada “Semana de autores de APERFA”.
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